Análisis: BH Lynx Race Carbon



En anteriores publicaciones ya hablamos de la nueva BH Lynx Race Carbon, un modelo de doble suspensión en carbono que hereda tecnologías propias de construcción. Y es que gran parte de los detalles que esta bicicleta incorpora, han sido desarrollados gracias a las pruebas realizadas en competición. Cuando se empezó a presentar a las tiendas "off the record" se sabia que algo grande estaban preparando los ingenieros de la firma española, dado que hasta en competición los corredores del BH Suntour llevaban tapados los sistemas de bieletas y posición del amortiguador.  


Sorprendentemente podíamos ver los que sabíamos del tema, que el sistema Split Pivot del que goza la gama Lynx, había sufrido modificaciones para lograr un mayor rendimiento en las fuerzas que se aplican al pedalear. Desde un principio el sistema de suspensión diseñado y patentado por David Weagle revolucionó el sector, donde hasta grandes fabricantes plagiaron y dicho ingeniero demandó. Hasta aquí podemos ver como BH supo donde y con quien invertir al diseñar su gama de bicicletas doble suspensión. Dicho sistema separa las fuerzas que se aplican a los pedales de las que se transmiten al amortiguador consiguiendo mejorar el rendimiento y eficacia global de la bici, cosa que muy pocas consiguen y que recurren a elementos externos. Otra ventaja que dispone el Split Pivot es el de poder llevar menos aire de lo habitual en el amortiguador, lo que nos permite una mejor lectura del terreno otorgando a su vez mayor comodidad para el ciclista.


Su construcción íntegramente en carbono haciendo uso del proceso "Hollow Core Internal Molding" permite aligerar el cuadro compactando las fibras y las resinas evitando imperfecciones internas en el moldeado. En cuanto a su diseño, vemos que la Lynx Race Carbon aúna las líneas de su hermana rígida Ultimate, con una geometría y recorrido de 100mm enfocado al uso en XC. Posee un guiado completo del cableado quedado una estética muy limpia del conjunto, alargando a su vez la vida útil de los cables y ofreciendo un funcionamiento fino constante de la transmisión. También tenemos la opción de montar una tija telescópica ya que desde la pipa de la dirección da entrada interna para el latiguillo. Destacar que su bieleta está fabricada 100% de carbono al igual que el triangulo trasero, disminuyendo las fatigas laterales en torsión hasta un 50% que en aluminio.

Dispone del nuevo estándar BOOST para el ancho del buje, dotando una mayor rigidez al pedalear. Un avance muy acertado ya que a su vez amplía el espacio libre a la rueda trasera.


En cuanto a los montajes, nos encontramos un total de 4 opciones donde elegir que abarcan desde los 3,499 € hasta los 8,999 €.

Un breve resumen de dichos montajes:

Lynx Race Carbon Recon:

Este es el primer precio de la gama que monta una horquilla RockShox Recon Gold con bloqueo al manillar y un grupo de Shimano con componentes XT en el cambio, mandos y desviador SLX y bielas doble plato 36/26. Precio: 3,499 €.

Lynx Race Carbon Fox:

Es el montaje que tienes en las fotos y probablemente el más competitivo, con una horquilla FOX Performance Elite Step Cast. Pasamos a un grupo monoplato Shimano XT con bielas Rotor Rex. Las ruedas de la firma denominadas Evo Alu son tubeless y disponen de unos bujes sobredimensionados con radiado de tiro directo. Precio: 4,499 €.

Lynx Race Carbon Fox Di2:

Al igual que el anterior montaje, salvo que monta la transmisión electrónica Shimano XT Di2 y unas ruedas con aro de carbono EVO. Precio: 5,999 €.

Lynx Race Carbon RS1 Di2:

La crème de la crème. Montaje completo Shimano XTR Di2 y horquilla RockShox RS1 con unas ruedas DT Swiss de carbono XRC 1200 por un PVP de 8.999 €.















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