Fox presenta su nuevo sistema electrónico de suspensión inteligente, capaz de tomar decisiones en milisegundos dependiendo del terreno por donde pasemos.
Live Valve es lo último de Fox, un sistema electrónico de suspensión que viene para ser el futuro de los sistemas de suspensión. Cuatro años han sido los que Fox Factory han necesitado para que este sistema naciera, un proyecto que consta de un sistema de bloqueo inteligente, tanto en horquilla como en amortiguador, capaz de reaccionar en 3 milisegundos (100 veces más rápido que un abrir y cerrar de ojos) dependiendo del terreno por el que pasemos, suficientemente rápido para detectar un bache en la rueda delantera y ajustar el recorrido de la suspensión de la horquilla antes de que el ciclista lo siente. Un sistema ya visto antes en el mundo del motor, pero ahora adaptado al mundo del ciclismo de montaña.
El sistema funciona a través de una centralita, que va adosada en el cuadro de la bicicleta, éste contiene un microprocesador y el código firmware, además de una pequeña batería y un acelerómetro de 3 ejes que trabaja en consonancia a los sensores del la horquilla y basculante, ubicados por detrás del puente de la horquilla (hay dos anclajes para tornillo en todos los modelos Fox) y en el el cuerpo del básculante. Estos sensores comunican la información del terreno por donde pasamos, por lo que la centralita sabe en todo momento si estamos subiendo, bajando o simplemente llaneando, gestionando la apertura de la válvula, bloqueando o desbloqueando en mayor medida, dependiendo de nuestras necesidades. Incluso es capaz de saber cuando el ciclista está en pleno salto para optimizar la suspensión para un aterrizaje más cómodo.
¿Y cuando estás parado? Pues sencillo, el sistema se pone en modo Firm hasta que el ciclista se ponga de nuevo en marcha. Este modo también está presente en los llanos, hasta que el sensor delantero detecta algún bache de cierta magnitud y abra las suspensiones, si seguimos pasando por terreno suave el sistema vuelve al modo Firm -consumiendo una mínima energía- hasta que pasemos de nuevo por algún otro bache. El sistema permite elegir entre cinco modos o sensibilidades, incluso hay opción de apagarlo para tener una suspensión pasiva.
La energía del sistema va a cargo de una batería, que podemos saber su energía gracias a cinco LEDS, con un tiempo de duración de entre 16 a 20 horas de uso, dependiendo del tipo de terreno, ya que cuanto más bacheado sea más energía necesitará el sistema. El tiempo de carga se establece entre 1,5 a 2 horas, dependiendo de la calidad de la fuente USB. Además, si se consume toda la energía de la batería el sistema de suspensión sigue trabajando de la forma habitual, como una bicicleta sin Live Valve.
El sistema funciona a través de una centralita, que va adosada en el cuadro de la bicicleta, éste contiene un microprocesador y el código firmware, además de una pequeña batería y un acelerómetro de 3 ejes que trabaja en consonancia a los sensores del la horquilla y basculante, ubicados por detrás del puente de la horquilla (hay dos anclajes para tornillo en todos los modelos Fox) y en el el cuerpo del básculante. Estos sensores comunican la información del terreno por donde pasamos, por lo que la centralita sabe en todo momento si estamos subiendo, bajando o simplemente llaneando, gestionando la apertura de la válvula, bloqueando o desbloqueando en mayor medida, dependiendo de nuestras necesidades. Incluso es capaz de saber cuando el ciclista está en pleno salto para optimizar la suspensión para un aterrizaje más cómodo.
¿Y cuando estás parado? Pues sencillo, el sistema se pone en modo Firm hasta que el ciclista se ponga de nuevo en marcha. Este modo también está presente en los llanos, hasta que el sensor delantero detecta algún bache de cierta magnitud y abra las suspensiones, si seguimos pasando por terreno suave el sistema vuelve al modo Firm -consumiendo una mínima energía- hasta que pasemos de nuevo por algún otro bache. El sistema permite elegir entre cinco modos o sensibilidades, incluso hay opción de apagarlo para tener una suspensión pasiva.
La energía del sistema va a cargo de una batería, que podemos saber su energía gracias a cinco LEDS, con un tiempo de duración de entre 16 a 20 horas de uso, dependiendo del tipo de terreno, ya que cuanto más bacheado sea más energía necesitará el sistema. El tiempo de carga se establece entre 1,5 a 2 horas, dependiendo de la calidad de la fuente USB. Además, si se consume toda la energía de la batería el sistema de suspensión sigue trabajando de la forma habitual, como una bicicleta sin Live Valve.
Su peso será contenido, con la batería de 72 g y el controlador más los sensores 104 g. Un cartucho Live Valve de una horquilla 249g y un amortiguador Live Valve 466g (Trunnion 185×55)
Si comparamos por ejemplo con una Genius del 2018 con cable, se incrementa el peso en solamente 144g, ya que al mismo tiempo ahorramos el mando remoto.
Todavía se desconoce la fecha de lanzamiento, pero se sabe que el sistema todavía no estará a la venta en tiendas, sólo en OEM y sólo en algunos modelos de las marcas Giant, Scott, Pivot y Rocky Mountain. Su precio en euros tampoco se ha comunicado, pero en dólares será de $3000 para las 32 Step Cast, igual que en las 34, $3125 para las 34 Step Cast y de $3250 para las 36 (el precio incluye todo el kit: horquilla, amortiguadores, centralita y sensores.)
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